Como no, decidimos subirnos en un moliceiro para que nos diera un paseo por los canales, el precio era de 13€ por persona y el nuestro tenía guía en español. A bordo de esta barca descubrimos todo el encanto de la ciudad, aparte de ser una experiencia muy recomendable por la propia originalidad de la embarcación.
Al bajarnos fuimos, como nos quedaba tiempo hasta la hora de almorzar, nos perdimos por sus calles hasta llegar al Puente LaÇos de Amizade conocido por tener muchas cintas de colores que la gente deja ahí para prometerse amor eterno, para estrechar lazos o simplemente por dejarla, es como el puente de los candados en París. Y nosotras no íbamos a hacer menos, compramos unas cintas en un quiosco que estaba justo al lado y colocamos nuestras cintas con la promesa de volver.
Ya había llegado el momento de almorzar y comimos en un restaurante al lado de la ría y justo enfrente del centro comercial Forum Aveiro con un menú típico portugués de entrante (sopa), segundo (bacalao), postre y bebida por 5€, ganga.
Después de comer por este fantástico precio volvimos a la estación para regresar a Oporto.
Ya en la Estación de Sao Bento, nos dirigimos a la parte alta del Puente Luis I símbolo de la ciudad de Oporto y con un diseño similar a la base de la Torre Eiffel de París, para admirar unas vistas diferentes y poder llegar a la zona alta de Vila Nova de Gaia donde se encuentra el Monasterio de la Sierra del Pilar con su mirador, el Jardim Do Morro y el famoso Teleférico de Gaia. Nos decidimos a bajar con el teleférico que nos costo 6€ sólo ida y nos incluyó una copa de vino en la Bodegas Quevedo y otra en las Bodegas Pocas. Tenemos que decir que las vistas desde el teleférico son impresionantes y que nos encanto la experiencia.
Esta ciudad es famosa por su vino, el vino de Oporto, y es por ello que las bodegas se han convertido en un atractivo turístico ofreciendo visitas guiadas con degustaciones incluidas y que son una parada obligatoria. Por eso, una vez abajo, nos dirigimos hacia las Bodegas Pocas para aprovechar la visita guiada que teníamos. Esta bodega está en la zona alta así que nos costo algo llegar, pero después de vivir la experiencia y probar sus magníficos vinos creemos que vale la pena. Para seguir probando el vino de Oporto, bajamos otra vez a la orilla del río donde descubrimos unas vistas de la ciudad muy bonitas caminando a lo largo de toda la Avenida de Diogo Leite , donde hay numerosos restaurantes y algunas de las bodegas más famosas de Oporto, incluida las Bodegas Cruz y Quevedo que fueron nuestras siguientes paradas.
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Tengo muchisimas ganas de ir a Oporto y ahora leyendo este post mas!
Fui a Oporto hace unos 10 años y tengo unas ganas de volver! En esa época en la librería no dejaban hacer fotos y no tenemos casi fotos del viaje!😅
Tengo muchas ganas de conocer el país vecino y desde el año pasado me picó mucho más la curiosidad.
Guardado queda este post para muy pronto ir a visitarlo.