Descubriendo Budapest
Hola viajeros, Budapest es una de las ciudades más increíbles de Europa y llevábamos tiempo queriendo visitarla. Aprovechando que teníamos algunos días libres en febrero nos decidimos a por fin conocer esta gran ciudad que no defrauda. Si deseas ver una gran ciudad por sus monumentos, historia y gastronomía sin gastar mucho dinero, Budapest será tu mejor opción. En esta guía te daremos consejos para visitar esta ciudad y aprovechar tu tiempo y dinero al máximo.

Día 1
Llegamos el día 21 de febrero a las 10:05 de la mañana al aeropuerto de Budapest con un vuelo de Ryanair (69,25€ I/V). Es un aeropuerto pequeño a 22km del centro por lo que nosotras optamos por coger el transporte público (aunque existen otras opciones como el taxi, transfer privado). En la zona de llegadas del aeropuerto se encuentra la parada del autobús 200E que te lleva hasta la estación de metro Kobanya-Kispest (los billetes para el autobús se pueden comprar en los mostradores de la BKK o en las máquinas de ventas que están a la salida de la zona de recogida de equipaje). En esta estación cogimos la línea M3 hasta la parada Deak Ferenc ter (40min de trayecto) que es la más céntrica de la ciudad (Plaza Erzsébet) y que nos quedaba a pocos minutos de nuestro hotel.
CONSEJO: como necesitas 2 billetes por persona para llegar hasta el centro, si sois dos personas o más y pensáis hacer algún trayecto más en transporte público incluyendo la vuelta al aeropuerto, te sale rentable comprar el bono de 10 viajes ya que te cuesta 3000 florines (9€) y un billete sencillo son 350 (1,05€).
Hablando de florines: la moneda de Budapest no es el euro como en otras ciudades europeas por lo que te recomendamos que saques dinero en un cajero ATM (hay uno en el propio aeropuerto) o que pagues con tarjeta de crédito. Evita las oficinas de cambio puesto que con la comisión perderás dinero, aunque te oferten un buen precio a simple vista, siempre es mejor no fiarse y a pesar de que en los cajeros también te cobran una pequeña comisión será menor que la de los locales. Conclusión: si puedes paga con tarjeta e intenta tener el menos dinero posible en efectivo porque además, una vez sacado si no lo gastas tendrás que cambiarlo a euros y no siempre sale rentable.

En este viaje decidimos alojarnos en Madison apartments, unos apartamentos que como ya hemos dicho están ubicados en el centro. Lo elegimos por su ubicación, por tener recepción 24 horas y precio (73€ apartamento para dos personas y dos noches).
Una vez dejamos las cosas en el hotel nos dispusimos a descubrir la ciudad.
Justo detrás de nuestro alojamiento se encuentra Andrássy út, una de las avenidas principales de la ciudad y donde está la Ópera Nacional de Hungría, un edificio de estilo neoclásico con un interior que no te puedes perder, hay visitas guiadas en varios idiomas incluyendo en español por 2500 florines o 7,50€. Siguiendo esta avenida llegamos hasta Hósök tere, la plaza de los héroes , llamada así porque tiene las estatuas de los líderes de las siete tribus fundadoras del país.


Cruzando entre los arcos de la plaza se encuentra el Puente Kós Károly que pasa sobre el lago del Parque Városligeti. Como nosotras fuimos en invierno estaba congelado y en su lugar había una pista de patinaje. Dentro de este parque se encuentra el Castillo de Vajdahunyad que te cautiva por su belleza y la de sus alrededores. La entrada es gratuita y solo te cobran por subir a sus torres y ver las vistas (Gatehouse tower – 400ft o 1,20€ y la Apostles´ tower – 600ft o 1,80€).

Caminamos por la Andrássy út en sentido contrario hasta llegar a la Basílica de San Esteban, una emblemática catedral de estilo romano que en la actualidad acoge conciertos de música. Esta basílica se llama así en honor al primer rey de Hungría y dentro se encuentra una de las reliquias más importantes del país, su mano derecha, da miedo no??? Para poder entrar solo tienes que dar la voluntad (mínimo 200ft o 0,60€) así que lleva monedas sueltas, vale la pena ver su interior. Además, puedes subir a la cúpula por 500ft o 1,50€ y ver una de las panorámicas más impresionantes de la ciudad.

Siguiendo por la calle de enfrente a la basílica nos encontramos con una de las numerosas estatuas que tiene Budapest, The fat policeman Statue, al que hay que tocarle su barriga si no quieres engordar, y viendo como es la gastronomía húngara creo que es totalmente recomendable. Y aprovechando que gracias a la estatua estábamos exentas de engordar, fuimos a un puesto llamado Café de París en la Plaza Vörösmarty y probamos los típicos dulces húngaros llamados Kürtöskalács, simplemente delicioso.
Después de comer fuimos por la calle Vigadó hasta la orilla del río Danubio donde nos encontramos con otra de las estatuas de la ciudad, little princess statue. Si a la otra estatua se le tocaba la barriga a esta hay que tocarle las rodillas para que te de suerte en el amor.
Cruzamos por el Puente de las Cadenas, un puente colgante del siglo XIX, al otro lado del río. La ciudad de Budapest se divide en dos partes separadas por el río, una parte es Buda y la otra Pest, de ahí el nombre de la ciudad. Nos encontrábamos en Pest y al cruzar el puente estábamos en Buda.
Justo enfrente del puente, en la Plaza Clark Ádám, se encuentra el teleférico Buda Castle funicular que fue el segundo en construirse en Europa. El precio es de 1200ft o 3,6€ el ticket sencillo y 1800ft o 5,41€ el de ida y vuelta. Nosotras cogimos el billete de ida y vuelta para llegar hasta el Castillo de Buda.
El Castillo de Buda es la residencia histórica de los Reyes húngaros y actualmente alberga la Biblioteca Széchenyi, la Galería Nacional Húngara y el Museo de Historia de Budapest. Dada su situación privilegiada, las vistas hacia Pest y al río Danubio son impresionantes.

Caminamos por las pintorescas calles de Buda hasta llegar al Bastión de los Pescadores, un imponente mirador construido con siete torres que simbolizan las sietes tribus fundadoras de Hungría y desde el que se ven las mejores vistas del Parlamento de Budapest. Justo al lado se encuentra La Iglesia de Matías que es la iglesia católica más famosa de Budapest.


Después de deleitarnos con las vistas, utilizamos el billete de vuelta del funicular y aprovechando que empezaba a anochecer disfrutamos de las luces de la ciudad y de sus monumentos mientras regresábamos al hotel.
Una de las vistas que más nos gustó y que recomendamos al 100% es la del Puente de las Cadenas con el Castillo de Buda al fondo.
Día 2
Empezamos el segundo día en Budapest a desayunar a Alexandra Bookcafe (abierto de 10 a 22 de lunes a domingos) que es una librería que en el primer piso tiene una cafetería antigua impresionante.
Continuamos yendo a uno de sus monumentos más emblemáticos, el Parlamento. Para realizar nuestra visita optamos por comprar nuestra entrada por anticipado en la página oficial donde seleccionas una visita guiada para una hora e idioma concreto (http://parlamentobudapest.com/). Y tenemos que decir que el Parlamento no es solo bonito por fuera, también por dentro es espectacular y vale la pena pagar los 17€ que te cuesta la entrada, aunque si eres estudiante, estás de suerte, te cuesta la mitad, 8,50€.
CONSEJO: si vas a realizar una visita programada intenta que sea durante las primeras horas de la mañana, así tendrás el resto del día libre para descubrir la ciudad sin estar pendiente del reloj.

Después de la visita nos dirigimos a descubrir los alrededores del Parlamento junto al río donde nos encontramos con el monumento de los zapatos, monumento que recuerda una de las épocas más oscuras de la humanidad. Durante los años 1944 y 1945 los judíos eran llevados a la orilla del Danubio donde los ataban en parejas y disparaban a uno de ellos haciendo que arrastrara al otro río abajo y convirtiendo así al Danubio en el “cementerio de judíos”.

Continuamos nuestro recorrido hacia la Plaza de la libertad, una de las plazas más grandes de la ciudad y donde se encuentra un monumento a las víctimas del nazismo en Hungría.
Después de esta mañana marcada por un tema triste, que mejor que seguir con el dicho “barriguita llena, corazón contento” y por eso nos dirigimos a la zona comercial donde buscamos un sitio en el que degustar los platos típicos húngaros: el pollo paprika con ñoquis y la sopa goulash.
Y siguiendo con el tema de la comida fuimos al Mercado Central donde en sus dos plantas puedes encontrar productos de alimentación (planta baja) y souvenirs (planta alta).
Y después de todo esto llegamos al momento que nosotras tanto esperamos, la visita a uno de los famosos balnearios de Budapest, los Baños Széchenyi, conocidos por ser los baños termales medicinales más grandes de Europa. Llegamos hasta allí en metro y compramos las entradas en la taquilla, 5600 florines que equivalen a unos 15€. Este es el precio de la entrada para un día a partir de las 19h no laborable pero varían si vas en otro momento del día o en fin de semana. Nosotras elegimos esta hora porque nos recomendaron la experiencia y valió la pena a pesar del frío y de su piscina climatizada al aire libre.
Relajadas fuimos hacia al apartamento a preparar las maletas porque al día siguiente se acababa nuestra escapada a Budapest y regresábamos a España.

CONSEJO: si te da tiempo sería interesante que cogieras el tranvía número 2 que bordea el Danubio en la zona de Pest. Hace un recorrido muy bonito y puedes ver muchas cosas. Anímate
Si eres de los que organizan todos los detalles del viaje como nosotras, te recomendamos este post de siempreunviajeblog con «Las mejores cafeterías, restaurantes y bares de Budapest» y
Y, como siempre les decimos, vivan su vida viajando, viajen para vivir.
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Recuerdo que a principios del 2020 no paraba de ver gente viajando a Budapest y me entró mono de ir. Hasta que llegó el Covid y me quedé con ganas jajaja
Lo tengo en mi lista y espero poder tacharlo algún día. Creo que con dos días es suficiente para ver mucho como nos explicar en este post.
Gracias por toda la info.