Descubriendo Lisboa en 2 días
Hola viajeros, en esta ocasión vamos a hablarles de la capital lusa, Lisboa, o también conocida como la “ciudad de las 7 colinas”. Quizá dos días no son tiempo suficiente para visitar toda la ciudad pero si sigues este recorrido podrás ver lo más importante, así que quédate y lee este post de Lisboa en dos días.
Hay que decir que nosotras no íbamos con muchas esperanzas puestas en esta ciudad ya que nos habían comentado que no era muy bonita y nada más lejos de la realidad, la ciudad nos encantó. Ahora, si estás en el eterno debate de ir a Lisboa o a Oporto, tenemos que ser sinceras y decirte que Oporto tiene un encanto especial que Lisboa no, así que si al final te decantas por Oporto te dejamos con un recorrido de dos días y una guía de la ciudad
Día 1
Llegamos a Lisboa en coche a mediodía y nos dirigimos a nuestro hotel, en esta ocasión escogimos el Czar Lisbon Hotel (138€ dos noche/ habitación doble) un hotel a 20 minutos del centro, con una relación calidad-precio increíble. Después de dejar todas las maletas fuimos caminando rumbo a nuestra primera parada, La Plaza Marqués de Pombal, y seguimos bajando por la Avenida Liberdade, una avenida principal con tiendas de marcas famosas, hasta la Plaza de Rossio, centro neurálgico de Lisboa.
NOTA: si llegas en avión a Lisboa y quieres conocer las diferentes formas de llegar al centro de la ciudad te dejamos una guía.
Desde esta plaza, nos dirigimos al Convento do Carmo, un antiguo templo gótico derruido después del terremoto de 1755. Está abierto todos los días hasta las 19 horas, la entrada cuesta 5€ e incluye una visita a un museo arqueológico.
Después de entrar en el convento caminamos por la Rua Garrett, una de las calles que más nos gustaron, para llegar a la Rua Nova do Carvalho conocida como la Pink Street. Hay que decir que la calle en sí tiene el suelo pintado de rosa, unos paraguas de colores y hay muchísimo ambiente pero nos pareció una calle un tanto insegura ya que nos ofrecieron droga en más de una ocasión y está rodeada de callejones un tanto sospechosos, te recomendamos visitarla de día.
Desde ahí, nos fuimos a uno de los puntos más conocidos de la ciudad que es la Plaza del Comercio, sin duda un punto de referencia y uno de los lugares que más nos gustaron. Como ya era tarde buscamos un lugar para cenar que nos habían recomendado y que también tenía un espectáculo de Fado gratuito. Para llegar, subimos por la Rua Augusta, calle principal con muchos bares y terrazas, así como pastelerías para comerte una nata, llegamos hasta el Elevador de Santa Justa, un bonito elevador cuya entrada cuesta 3€ (debido a la pandemia permanece cerrado) y caminamos hasta la Tasca Do Chico.
Después de cenar, nos dirigimos a la Plaza de Rossio de nuevo y cogimos un metro hasta el hotel.
CONSEJO: si vas a usar bastante el metro te proponemos dos formas de ahorrar dinero:
- Si vas a usar más de 4 veces este servicio compra el ticket de 24horas por 6,15€
- Si vas a usar este servicio y además vas a entrar en diferentes monumentos de la ciudad te puede salir rentable la Lisboa Card ya que con esta tarjeta podrás usar el transporte público de manera ilimitada, podrás entrar en diferentes monumentos de manera gratuita y tendrás descuentos en muchos otros. La tarjeta se puede adquirir por 24, 48 o 72 horas teniendo un precio de 20, 34 o 42€ respectivamente.
Día 2
Empezamos nuestro segundo día yendo a uno de los puntos más altos de la ciudad, el Castelo de San Jorge, situado en la colina que lleva el mismo nombre. Es uno de los monumentos más visitados de Lisboa y la entrada al castillo y a su gran mirador cuesta 10€ por persona. Desde este punto, nos dirigimos a otros dos miradores importantes de la ciudad: el Mirador Portas de Sol y el Mirador Santa Luzia. Hay que decir que este último nos encantó y es una parada obligatoria si eres un fan de las vistas como nosotras.
Después de deleitarnos con unas buenas vistas de la ciudad fuimos hasta el Panteón Nacional, una construcción barroca que fue construido como iglesia. En su interior se encuentran los restos de personajes ilustres de la historia de Portugal. La entrada cuesta 4€ y es gratuita para los desempleados y vale la pena por las vistas que tiene a la ciudad desde la terraza que hay junto a su cúpula.
Al salir del Panteón callejeamos por el Barrio de Alfama, uno de los más conocidos y pintorescos de la ciudad hasta llegar a la Sé de Lisboa, o catedral. No te esperes una gran catedral ya que es un edificio bastante sencillo y que pasa desapercibido en su entorno, aún así es un punto que no te debes perder.
CONSEJO: Aprovecha la entrada al Panteón Nacional para utilizar los baños, están limpios y no suele haber mucha gente.
Aprovechamos para comer algo rápido y continuamos con nuestra ruta. Nos dirigimos a la Plaza del Comercio para coger la Línea de tranvía 15E que nos llevaría hasta Belém. El precio es de 3€ por persona.
Una vez en la zona de Belém, fuimos hasta el Monasterio de los Jerónimos el cual es uno de los monumentos más importantes de la ciudad. La entrada cuesta 10€ (gratuita para desempleados) y para nosotras valió totalmente la pena ya que su interior es precioso.
Al salir del monasterio aprovechamos para probar una nata en una de las pastelerías más famosas, la Pastelería de Belém. La nata estaba buenísima y el precio es de 1,15€ ¡Irresistible!
Después de deleitarnos con un pastel de Belém nos fuimos hasta el Monumento a los Descubrimientos realizado para conmemorar los 500 años de muerte de Enrique el Navegante. Se puede acceder por 6€ aunque nosotras no entramos.
Desde ahí, fuimos al punto más importante de esa zona de la ciudad, La Torre de Belém (precio de la entrada 6€) una antigua construcción militar que servía como defensa de la capital. Este monumento nos dejó maravilladas y al atardecer es una auténtica maravilla.
NOTA: todos los monumentos de esta zona están cerrados los lunes.
Para volver al centro se nos planteó un dilema, podíamos volver otra vez en el tranvía o también con un Paseo en barco hasta la Plaza del Comercio, pero al final optamos por alquilarnos un patinete eléctrico con la compañía Bolt, el precio era de 0,05€ el minuto y es una opción súper recomendable porque podrás recorrerte toda la orilla del río y deleitarte con unas vistas impresionantes de otro de los puntos más emblemáticos de la ciudad, el Puente 25 de abril, con la imagen del Cristo Rei al fondo. No sé si lo sabías pero en Lisboa hay un cristo parecido al Cristo Redentor de Río de Janeiro y su imagen tras el mítico puente rojo de la ciudad es una auténtica maravilla.
Después de dejar el patinete en la Plaza del Comercio pusimos rumbo al Time Out Market Lisboa, un mercado con muchos puestos diferentes donde comer o tomar algo. Con la barriga llena volvimos a la Plaza del Comercio a despedirnos de esta maravillosa ciudad y así acabamos nuestro recorrido de dos días por Lisboa. Y ya saben, como siempre decimos,
“Vive la vida viajando, viaja para vivir”