Una vez terminamos ahí nos dirigimos a Ponta da Piedade, uno de los lugares con las vistas más bonitas del Algarve y perfecto para sacer unas fotos preciosas. Desde ahí fuimos a otro de los puntos más fotogénicos, en nuestra opinión, de la zona, Joao de Arens, donde nos hicimos un sendero por la parte alta de la costa viendo todas las formaciones rocosas y los colores del agua.
Cansadas del sendero nos fuimos a nuestra última parada del día Praia dos Tres Irmaos, una playa más grande que las de la mañana y conectada a su vez con otras. Nosotras nos pusimos los escarpines y atravesamos varias playas caminando por el mar. Es una buena idea porque vas a dar a otras playas con menos gente pero ten cuidado con el nivel del mar ya que si sube te va a costar volver.
Después de un par de baños en la playa nos dirigimos de nuevo a Ponta da Piedade para ver uno de los mejores atardeceres que hemos visto. Simplemente alucinante.